sábado, 22 de enero de 2011

SAN FULGENCIO



El domingo 16 de enero, con motivo de las fiestas en honor del patrón "San Fulgencio", estuvimos en Berzocana interpretando "La Ratonera". 

miércoles, 19 de enero de 2011

CAROLINA CORONADO

C A R O L I N A  C O R O N A D O
Primer centenario de su muerte
                                                
Carolina Coronado Romero de Tejada nació en Almendralejo (Badajoz) el 12 de Diciembre de 1820 y murió en Lisboa en 15 de enero de 1911, por lo que este año se  cumple el primer centenario de su muerte.
         Fue una escritora romántica y se la considera el equivalente extremeño de Rosalía de Castro.
         Nació en una familia acomodada pero de ideas progresistas, por lo que su padre y su abuelo fueron perseguidos por las fuerzas fernandinas.
         Cuando tenía pocos años, la familia se mudó a vivir a Badajoz y allí recibió una educación típica de las niñas de la época: costura, música…pero a ella lo que realmente le gustaba era la lectura y desde muy pequeña comenzó a escribir versos, los primeros a los 10 años. Aprendió idiomas de forma autodidacta y sabía hablar: francés, inglés, italiano y portugués.
         Se casó en Madrid con Justo Horacio Perry, secretario de la embajada de EEUU.
         Fue revolucionaria y en su casa de Madrid se celebraban famosas tertulias literarias que serían punto de encuentro de escritores progresistas y refugio de perseguidos. Por esta causa su obra fue censurada en su época.
         Tuvo dos hijos que murieron pronto, el niño cuando era un bebé y su hija Carolina, en plena juventud. Después de la muerte de sus hijos, su marido y ella se trasladaron  a Lisboa, donde vivió el resto de su vida.
Carolina Coronado padecía catalepsia y  “murió” varias veces, lo que la hizo obsesionarse con la idea de ser enterrada viva, por  eso se negó a enterrar a su marido, lo mandó embalsamar, lo guardó en la capilla de su casa y se refería a él como “el silencioso”.
        

Su producción literaria más importante es la poesía, pero también escribió prosa (15 novelas) y varias obras de teatro.
         Fue una mujer comprometida con la realidad de las mujeres de su tiempo.
 En este poema  llamado LIBERTAD, se lamenta del destino de las mujeres de su época, que estaban llamadas a quedarse en casa, realizando trabajos domésticos y poco más. Las leyes y las normas no eran para ellas.

LIBERTAD
Risueños están los mozos,
gozosos están los viejos
porque dicen, compañeras,
que hay libertad para el pueblo.

Todo es la turba cantares,
los campanarios estruendo,
los balcones luminarias,
y las plazuelas festejos.

Gran novedad en las leyes,
que, os juro que no comprendo,
ocurre cuando a los hombres
en tal regocijo vemos.

Muchos bienes se preparan,
dicen los doctos al reino,
si en ello los hombres ganan
yo, por los hombres, me alegro;

Mas, por nosotras, las hembras,
ni lo aplaudo, ni lo siento,
pues aunque leyes se muden
para nosotras no hay fueros.

¡Libertad! ¿qué nos importa?
¿qué ganamos, qué tendremos?
¿un encierro por tribuna
y una aguja por derecho?

¡Libertad! ¿de qué nos vale
si son los tiranos nuestros
no el yugo de los monarcas,
el yugo de nuestro sexo?

¡Libertad! ¿pues no es sarcasmo
el que nos hacen sangriento
con repetir ese grito
delante de nuestros hierros?

¡Libertad! ¡ay! para el llanto
tuvímosla en todos tiempos;
con los déspotas lloramos,
con tributos lloraremos;

Que, humanos y generosos
estos hombres, como aquellos,
a sancionar nuestras penas
en todo siglo están prestos.

Los mozos están ufanos,
gozosos están los viejos,
igualdad hay en la patria,
libertad hay en el reino.

Pero, os digo, compañeras,
que la ley es sola de ellos,
que las hembras no se cuentan
ni hay Nación para este sexo.

Por eso aunque los escucho
ni me aplaudo ni lo siento;
si pierden ¡Dios se lo pague!
y si ganan ¡buen provecho!

Almendralejo, 1846
 CAROLINA CORONADO